Postergar sin más a la postrera
hora de comenzar el blanco día;
desatar del furor esta apatía,
y a su afán la caída de la ojera.
Dejando abandonada en la ribera,
obra de amputación o hechicería,
mi eximia voluntad en lejanía,
despertador sonando, desespera:
Timbras no molestando tu rüido;
friegas sin destapar al cobijado;
ululas sobre el aire enardecido:
a mi cuerpo lo tienes sin cuidado;
llegar tarde, mejor, que no dormido:
tarde será, mas tarde y descansado.
(Nota: debido a problemas en el servidor de literatura wiki no puedo enlazar este ejercicio. Conservo sin embargo la convención del título. Si el lector para alejarse del mundanal rüido o por alguna ociosidad que no me ocupa tuviera a bien participar del juego, se le invita cordialmente a proseguirlo en la zona de comentarios. O no.)
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