Oh, Faveada, ya habrás hallado el unfollow
ya habrás llorado de furia,
y habrás insultado el recuerdo de mi madre
llamándola troller podrida y madre de trollers,
ya habrás bebido sola, solitaria,
el té del atardecer mirando mis viejos tuits
infaveables para siempre, y ya no podrás recordar
mis retuits, mis DM's nocturnos, mis replies
sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí,
aún quejándome del clima y del hambre en público,
de los venenosos trolls que te hicieron tanto daño
y de los espantosos japos que odio todavía.
Faveada, la verdad, qué TL tan grande, qué lista tan sola!
He llegado otra vez a mi TweetDeck solitario,
a almorzar los mismos tuits escatológicos y hambrientos,
y otra vez tiro al suelo los reportes viales, los RT's
de Carbonell, porque no hay más perchas en mi habitación
para pliegos petitorios, ni retratos de ningún fologüer
en las paredes. Cuánta sombra de la que hay en mi TL
daría por recobrarte, y qué amenazadores me parecen
los números de los fologüers bajando, y la palabra "unfollow"
qué sonido de ausencia lúgubre tiene.
Enterrado junto a tus DM's hallarás más tarde
la notificación de que ya no te sigo; pero ahora, repentinamente
quisiera seguirte otra vez, acostumbrarme al peso de tus afectos
y al brillo de tus aversiones: bajo la humedad del TL,
entre las sordas raíces de bots, trollers y attention whores,
entre la espesa tierra que no sabe de tu nombre, seguirte
todavía como antes, faveando esos maravillosos tuits
hechos de impenetrables sustancias divinas.
Así como me aflige pensar en tus tuits sexosos dirigidos a nadie,
recostados como detenidos y duros vehículos del asombro
y la golondrina que durmiendo y tuiteando vive en tu avatar,
y el troller de furia que asilas en el corazón,
así también veo el unfollow que está entre nosotros
desde ahora, y respiro en el aire la ceniza y lo no seguido,
el largo, solitario TL que nos separa para siempre.
Daría este viento de Facebook gigante por tus bruscas aliteraciones,
oídas en largas noches sin queja por la ortografía:
la letra en el sentido como el látigo en la piel del caballo.
Y por verte favear, en la oscuridad, en el fondo del TL,
como vertiendo una estrella delgada, trémula, argentina, obstinada,
cuántas veces entregaría este coro de unfollows que poseo,
y el ruido de replies inútiles que chocan en mi alma,
y la paloma de sangre sin avatar en mi frente,
siguiendo listas desaparecidas, follows desaparecidos,
escrituras extrañas, inseparables y perdidas.
*Este texto es una wikificación, por tanto puede wikificarse a su vez hasta que el continuum de las wikificaciones dé como resultado, ¿cómo saberlo?, acaso el restablecimiento del sentido original. Todos los poemas se llaman nadie.
